miércoles, 19 de noviembre de 2008

Las buenas obras tienen recompensa...

Queridos todos:

Al final va a ser cierta la frase. En un corto periodo de tiempo se me han puesto en bandeja varias buenas obras del día. La primera fue estando aquí Santy. Pasamos una larga tarde viendo "Mini-Europe" (que consiste en representaciones en miniatura de los lugares más importantes de Europa) y ya al salir, cuando fuimos ambos al baño, me encontré unas llaves en el suelo. Por supuesto, estas llaves tenían toda la forma de ser del recinto. Pensamos en si pasar y dejarlas allí y hacer como si no las hubiésemos visto, o buscar a alguien que se las pudiera quedar. Nos decantamos por la segunda opción y le entregamos las llaves perdidas a el señor que te entrega las fotitos al final del recorrido. Sí, esas fotos que te obligan a hacerte antes de entrar en el recinto aunque no quieras. Da igual que avises de que no las vas a hacer porque ellos siempre responden: "Pero si son gratuitas, venga colocaros al lado del dinosaurio". El dinosaurio es el logotipo de esta atracción...un pobre hombrecillo disfrazado de "Piecito" (sólo lo entenderán los que en su infancia se hayan tragado "En busca del Valle Encantado") de color naranja, que te agarra de los hombros para la foto y no te puedes ni mover, sólo poner tu mejor cara (no para comprar la foto, si no para que el resto de gente no se ría de cuando vayan a recoger las suyas).
Por mi buena obra del día, el señor de las fotos estaba tan agradecido que me regaló un llavero con la foto de Santy, mía y el dinosaurio naranja impresa.
La segunda buena obra tenía lugar hoy mismo pero comenzaba ayer por la noche. Mis amigos de la radio del equipo de Fin de Semana se dejaban caer por Bruselas y allí que nos reencontramos. Después de salir de tomar unas cervezas y en busca de la siguiente fiesta Erasmus, nos encontramos una cartera tirada en el suelo de una solitaria calle. Por supuesto, había sido robada. La abrimos por curiosidad. El pobre atacado era periodista, lo que nos sensibilizó bastante. Ni dinero, ni tarjetas...sólo el DNI y un par de preservativos. (Nos hizo gracia que los ladrones dejaran allí dicho material, será que no lo necesitaban. Con el dinero que habrían robado podrían haber comprado unas cuantas cajas).
La cartera me la quedé yo, pensando en que sería más fácil que encontrara una comisaría de policía algún día de estos. A todo esto, yo pensaba si era correcto aparecer días después con una cartera en la mano y decir que me la había encontrado. ¿Se pensarían que yo la había robado pero que era tan buena gente de devolver al menos el DNI?
El caso es que no me ha hecho falta estar pensando dónde encontrar una comisaría. Esta mañana, dirección a la universidad, me subo al tranvía y me encuentro a un señor agente de la autoridad. Directa me he ido a contarle mi historia y el hombre no me ha mirado como a una sospechosa. Se ha quedado la cartera y él haría que llegase al dueño. Misión cumplida. ¿Mi recompensa? Lo bien que me he sentido haciendo el bien en esta ciudad.
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Y de bien...pasamos a hablar de lo que está mal. Mal están los belgas babeando por las esquinas de los bares como lobos en busca de presas Erasmus. Así pasó anoche. Pocos Erasmus y muchos lobos-belgas. ¿Sería noche de luna llena? La verdad que no me fijé, pero lo que iba a ser una velada de charla entre compis de trabajo se convirtió en una reunión social con unos cuantos belgas queriendo saber de estas nuevas chicas españolas en la ciudad.
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2 comentarios:

Verónica dijo...

Ala Piecitos!!! Qué buen recuerdo!

Anónimo dijo...

Jajaj!Y lo mejor de todo en la foto...no es Piecito...sino los que salen al lado suyo!!!