Raquel ya está aquí..

Queridos todos:

Raquel ha puesto sus despintadas uñas en Bruselas con el objetivo de sacarme a pasear y andar mucho, de darme conversaciones inteligentes y curiosas, de ampliar nuestros conocimientos sexuales mediante la gran inestimable ayuda de google, de engordarme hasta decir basta, y de por supuesto, emborracharme.

Todos los objetivos propuestos hasta ahora están en fase de cumplimiento. Yo, por mi parte, he conseguido que amplíe sus conocimientos geográficos e históricos sobre una ciudad llamada Bruselas.

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Llegó dos horas tarde a su lugar de destino. El problema había sido que el avión no pudo aterrizar en el aeropuerto indicado, pero ella no se percató hasta que bajó del avión después de varias horas durmiendo y se le ocurrió preguntar dónde narices estaba.

Fue un primer día de dormir y caminar por las céntricas calles en la fría noche. Como buena consejera, me estuvo aguantando durante horas hablar y hablar, pero yo la escucho cada día relatarme lo que hace o deja de hacer el pequeño Carlo.

En la noche, unas cervezas, unos gofres típicos y una buena película.

Para el segundo día, la tenía destinado un paseo por la zona más europea de la ciudad. El Parlamento, Comisión y Consejo nos esperaban....incluso las cámaras de televisión española. Como niñas, nos hicimos magníficas y artísticas fotos en los distintos parques que visitamos, para acabar en el Átomo.

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La noche se planteaba mejor aún. Fue nuestro momento de ampliar los conocimientos en varios ámbitos con la ayuda del vino y la cerveza. Ya con el objetivo conseguido, quedamos con Javi y Joana para ir a la siguiente fiesta Erasmus. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que el pequeño Javi me había comprado una enorme bolsa de golosinas para que me animara. ¿Qué no se puede curar con golosinas?

La noche resultó gratamente divertida, sobre todo porque las cervezas no dejaban de pasar por nuestras manos.

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Hoy ha tocado Amberes. Hemos caminado y caminado hasta acabar agotadas tiradas en la cama. No es momento de salir hoy, pero las cervezas correrán a nuestra cuenta en mi habitación. Mañana, Amsterdam nos recibirá con los brazos bien abiertos.

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