viernes, 10 de octubre de 2008

Nosotras usamos la Taxi-cleta...

Queridos todos:
Gracias a Dios, yo tenía razón en mis esperanzas. Al finalizar la fase quinta ya no hay más, solo de nuevo la fase primera. Esto significa que ya no estoy depresiva, estoy de nuevo en espera. Y mucho mejor. Ahora estoy invertida en un nuevo proyecto a llevar a cabo que me llevará mi tiempo pero que resultará con la cosa más especial hecha nunca por mis manos.
Cambiando de tema sentimental, hoy hemos ido a un bar llamado "Salsa bar". Según lo que indicaba el nombre, Chiara y yo esperábamos una gran sala de baile donde poder bailar al son de los ritmos latino americanos. Sin embargo, lo que iba a ser una gran sala de baile se ha quedado en un pub bastante pequeñito; lo que iba a ser oír música latino americana se ha quedado en que si oías algo en español dabas las gracias; y lo que era moverse al son de los ritmos se ha quedado en empujar a las personas que te rodeaban para poder hacerte un hueco y respirar.
Tras un rato, y viendo el panorama, nos hemos ido a hacer algo típico de Bruselas...ir a cenar french fries a un sitio de kebaps.
La vuelta, ha costado que me dejasen irme, ha sido gratis. ¿Para qué pagar un taxi que nos iba a costar 15 euros si Alfredo y Ricardo tenían dos bicicletas y se han ofrecido a ser taxistas? Desde el centro centrísimo de Bruselas hasta casita. Chiara con Ricardo y yo en el "Boing" de Alfredo, intentando levantar lo más posible las piernas para que no diesen con la rueda, agachando la cabecita para no molestar la visión al conductor, intentando no salirme de la barra de la bicicleta en uno de los saltos y agarrándome al manillar como podía. Como si estuviésemos en la casa de la pradera, así nos han llevado los niños en sus taxi-cletas. Creo que mañana tendré agujetas por todas las piernas pero posiblemente Alfredo tenga muchas más.

1 comentarios:

Yoli dijo...

Jejeje!!! Me has sacado una sonrisa, jeje!! Gracias