domingo, 28 de septiembre de 2008

Chicas malas...

Queridos todos:

Hoy hemos mostrado nuestra necesaria mala leche. Por lo tanto, al ser necesaria, no nos podemos arrepentir de lo premeditado de la situación que acaba de acontecer.
Hartas de encontrar lo mismo en el mismo lugar hemos tomado medidas.
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Estas son las reglas de convivencia que hemos colgado tanto en el baño como en la cocina, las principales zonas comunes donde una buena convivencia es básica. No es que hoy nos hayamos vuelto unas locas del orden, es que no os podéis imaginar lo que es entrar en la ducha y encontrarte con los pelos de otra persona (en concreto de nuestra compi belga, que ya tiene su edad pero parece que nadie la he enseñado a recoger sus pertenencias más íntimas).
Como yo no quiero volver a tener que afrontar dicha horrible situación, he juntado a las niñas en la cocina, he cogido un boli y un papel y nos hemos puesto a redactar con nuestra mejor intención estas medidas a seguir.
Quizá por esto, lo he pagado con un resfriado bastante molesto. Tiene narices que llevo como 4 días metida en casa simplemente leyendo lo que mi querida Universidad me ha preparado (como 150 hojas en inglés y francés), y que cuando llego hoy dispuesta a salir empiezo a encontrarme mal y cada vez peor.
¿Se puede tener peor mala suerte? Creo que no, y es que si no me bastaba con los cuidados que está requeriendo mi enorme moretón tras caer por las escaleras, ahora me toca inflarme a pastillas para que el viernes esté completamente perfecta y maravillosa.
He encontrado el motivo que ha causado mi enfermedad, a parte de mi mala suerte: el frío que hace en esta puñetera casa. Sales de la ducha...y te congelas, estás en tu habitación sentada frente al ordenador...y te congelas, te levantas por la mañana...y te congelas. Así cómo no voy a caer enferma? Habrá que ir hablando con el dueño para que nos haga feliz poniendo la calefacción.
Como ya habéis visto, mi fin de semana ha sido bastante tétrico inmersa en traductores de inglés y francés y con términos económicos que ni en español recordaba con soltura. Lo único destacable fue el viernes. La Universidad había organizado una fiesta dentro del campus. Y nada que ver con lo que nos tienen acostumbrados nuestros rectores españoles. No os hacéis una idea de lo que tenían montado allí: diferentes escenarios por todo el campus con distintos conciertos según el tipo de música, casetas con cerveza tirada de precio y puestos con comida, y miles de estudiantes borrachos yendo de un lado a otro. Nunca había visto algo así en un campus universitario.

2 comentarios:

Yoli dijo...

Bueno... ponte buena pronto!! Por akí también se cojen resfriados... jeje!!

Unknown dijo...

Eso, aquí también hay resfriados, sólo que en Bruselas son muchos más... bonitos? :P
Ains, sigo sintiendo envidia! He encontrado trabajo! No te muevas de ahí mientras ahorro! jaja.